viernes, 25 de septiembre de 2015

RIO AININ -CHIQUIÁN


El cuidado del líquido elemento es tarea de todos: presente y futuro de la Humanidad. La Tierra nos provee del sustento diario; heredemos a las generaciones venideras un lugar saludable donde vivir, disfrutando del agua pura, de igual manera que nosotros lo hacemos bajo el glaciar.

En el bello Chiquián de mi niñez, media docena de pilones esquineros nos brindaban el agua que necesitábamos para vivir. Los niños nos encargábamos de cargar, casi a rastras, después de nuestras tareas escolares, baldes tras baldes hasta nuestras casas, muchas veces ubicadas a 3 o 4 cuadras; por lo que nos constituíamos en fieles guardianes de su buen uso, donde el despilfarro no tenía la menor cabida. En Tupucancha la tarea se triplicaba, ya que el puquial que surtía a las manadas cercanas estaba a medio kilómetro, en pendiente. Por eso, un sorbo de agua nos sabía a gloria. En las ciudades, como Lima, nos damos el lujo de bañarnos todos los días, muchos: mañana, tarde y noche, con chorros cayendo sobre el cuerpo desnudo, con el cuento del relax, mientras en otros lugares los seres humanos toman a cuentagotas. Hay barrios donde se sigue regando parques y jardines con agua dulce.

Los polos industriales limeños, que cuentan con pozos, extraen el agua subterránea a su antojo, sin importarles que se agota cuando se consume más de lo que ingresa al acuífero, amén del suelo tan vulnerable que tiene Lima; y encima, la industria paga la quinta parte de la tarifa que le cobran a los mortales que viven en el casco urbano y la décima parte de los que habitan entre cuatro esteras.

Toneladas de agua dulce se emplea para extraer un gramo de oro, cuya explotación se ha incrementado sobremanera por el alza en el precio del vil metal, en tanto al gobierno le interesa un comino la sustentabilidad, menos la soberanía hídrica. Hasta pareciera que estaríamos viviendo en una dictadura con ropaje "democrático". La minería que utiliza la tecnología de extracción a cielo abierto por lixiviación con cianuro es extremadamente devastadora tanto para la superficie (población, flora y fauna), como para el agua y el aire.Ojalá algún candidato al sillón presidencial tome al toro por las astas, sin olvidar que el consumo de agua en el mundo se ha multiplicado por 10 en el último siglo.

¿Y del agua embotellada?, ¡válgame Dios!, como decía mi abuelita. Es uno de los negocios más rentables del mundo y pululan casi sin control. Nadie sabe de dónde obtienen el agua; unos dicen que provienen de los manantiales, otros de los glaciares, también de la lluvia, etc, de repente de las redes públicas, quizá de los ríos o de las lagunas, nadie sabe. Las botellas son generalmente de plástico, gran contaminante del Ambiente, tanto en su fabricación con derivados del petróleo, como cuando se desechan los envases. Del transporte, comentan, que los cargamentos de agua embotellada para abastecer a los restaurantes y hoteles 5 estrellas del planeta, cruzan continentes enteros por aire, mar y tierra, con el enorme gasto de combustible que supone el traslado y su elevada contribución al calentamiento global. Lo aconsejable, como dicen los entendidos, "está en ampliar y mejorar el tratamiento de aguas y el saneamiento de los sistemas existentes", y entregar el agua al usuario en óptimas condiciones de consumo. No olvidemos, que menos del 3% del líquido elemento existente en el planeta es agua dulce.

Hace unos meses pretendieron explorar Conococha en busca de oro, sin medir las consecuencias funestas para el Ambiente, y por tanto para la salud y la vida en la cordillera y la franja costera. No se sabe a ciencia cierta si este frustrado atentado contra nuestra fuente de vida fue por fractura de mano a uno o más uñas largas que andan libres como tumores malignos que se multiplican; pero con seguridad, no fue por ignorancia, ya que solamente un ser perverso puede autorizar tamaña bajeza. Ahora pende como "Espada de Damocles" similar afrenta en el glaciar Diablo Mudo de la cordillera Huayhuah, en cuyas lagunas, muchos sálmónidos muertos a la intemperie dan cuenta de la contaminación en marcha.

Por todo ello, no al desbalance del ciclo vital, sí al renacer de los valores de solidaridad, respeto y reconciliación con la Pachamama, sin olvidar que el Ambiente es un Sistema Integral y funciona como un todo, y que nuestro planeta es frágil y vulnerable frente a las amenazas humanas que la azotan sin piedad haciéndola sangrar. Desarrollemos un mayor sentido de responsablidad sin desmayar en el intento.
ello Chiquián de mi niñez, media docena de pilones esquineros nos brindaban el agua que necesitábamos para vivir. Los niños nos encargábamos de cargar, casi a rastras, después de nuestras tareas escolares, baldes tras baldes hasta nuestras casas, muchas veces ubicadas a 3 o 4 cuadras; por lo que nos constituíamos en fieles guardianes de su buen uso, donde el despilfarro no tenía la menor cabida. En Tupucancha la tarea se triplicaba, ya que el puquial que surtía a las manadas cercanas estaba a medio kilómetro, en pendiente. Por eso, un sorbo de agua nos sabía a gloria. En las ciudades, como Lima, nos damos el lujo de bañarnos todos los días, muchos: mañana, tarde y noche, con chorros cayendo sobre el cuerpo desnudo, con el cuento del relax, mientras en otros lugares los seres humanos toman a cuentagotas. Hay barrios donde se sigue regando parques y jardines con agua dulce.

Los polos industriales limeños, que cuentan con pozos, extraen el agua subterránea a su antojo, sin importarles que se agota cuando se consume más de lo que ingresa al acuífero, amén del suelo tan vulnerable que tiene Lima; y encima, la industria paga la quinta parte de la tarifa que le cobran a los mortales que viven en el casco urbano y la décima parte de los que habitan entre cuatro esteras.

Toneladas de agua dulce se emplea para extraer un gramo de oro, cuya explotación se ha incrementado sobremanera por el alza en el precio del vil metal, en tanto al gobierno le interesa un comino la sustentabilidad, menos la soberanía hídrica. Hasta pareciera que estaríamos viviendo en una dictadura con ropaje "democrático". La minería que utiliza la tecnología de extracción a cielo abierto por lixiviación con cianuro es extremadamente devastadora tanto para la superficie (población, flora y fauna), como para el agua y el aire.Ojalá algún candidato al sillón presidencial tome al toro por las astas, sin olvidar que el consumo de agua en el mundo se ha multiplicado por 10 en el último siglo.

¿Y del agua embotellada?, ¡válgame Dios!, como decía mi abuelita. Es uno de los negocios más rentables del mundo y pululan casi sin control. Nadie sabe de dónde obtienen el agua; unos dicen que provienen de los manantiales, otros de los glaciares, también de la lluvia, etc, de repente de las redes públicas, quizá de los ríos o de las lagunas, nadie sabe. Las botellas son generalmente de plástico, gran contaminante del Ambiente, tanto en su fabricación con derivados del petróleo, como cuando se desechan los envases. Del transporte, comentan, que los cargamentos de agua embotellada para abastecer a los restaurantes y hoteles 5 estrellas del planeta, cruzan continentes enteros por aire, mar y tierra, con el enorme gasto de combustible que supone el traslado y su elevada contribución al calentamiento global. Lo aconsejable, como dicen los entendidos, "está en ampliar y mejorar el tratamiento de aguas y el saneamiento de los sistemas existentes", y entregar el agua al usuario en óptimas condiciones de consumo. No olvidemos, que menos del 3% del líquido elemento existente en el planeta es agua dulce.

Hace unos meses pretendieron explorar Conococha en busca de oro, sin medir las consecuencias funestas para el Ambiente, y por tanto para la salud y la vida en la cordillera y la franja costera. No se sabe a ciencia cierta si este frustrado atentado contra nuestra fuente de vida fue por fractura de mano a uno o más uñas largas que andan libres como tumores malignos que se multiplican; pero con seguridad, no fue por ignorancia, ya que solamente un ser perverso puede autorizar tamaña bajeza. Ahora pende como "Espada de Damocles" similar afrenta en el glaciar Diablo Mudo de la cordillera Huayhuah, en cuyas lagunas, muchos sálmónidos muertos a la intemperie dan cuenta de la contaminación en marcha.El cuidado del líquido elemento es tarea de todos: presente y futuro de la Humanidad. La Tierra nos provee del sustento diario; heredemos a las generaciones venideras un lugar saludable donde vivir, disfrutando del agua pura, de igual manera que nosotros lo hacemos bajo el glaciar.

En el bello Chiquián de mi niñez, media docena de pilones esquineros nos brindaban el agua que necesitábamos para vivir. Los niños nos encargábamos de cargar, casi a rastras, después de nuestras tareas escolares, baldes tras baldes hasta nuestras casas, muchas veces ubicadas a 3 o 4 cuadras; por lo que nos constituíamos en fieles guardianes de su buen uso, donde el despilfarro no tenía la menor cabida. En Tupucancha la tarea se triplicaba, ya que el puquial que surtía a las manadas cercanas estaba a medio kilómetro, en pendiente. Por eso, un sorbo de agua nos sabía a gloria. En las ciudades, como Lima, nos damos el lujo de bañarnos todos los días, muchos: mañana, tarde y noche, con chorros cayendo sobre el cuerpo desnudo, con el cuento del relax, mientras en otros lugares los seres humanos toman a cuentagotas. Hay barrios donde se sigue regando parques y jardines con agua dulce.

Los polos industriales limeños, que cuentan con pozos, extraen el agua subterránea a su antojo, sin importarles que se agota cuando se consume más de lo que ingresa al acuífero, amén del suelo tan vulnerable que tiene Lima; y encima, la industria paga la quinta parte de la tarifa que le cobran a los mortales que viven en el casco urbano y la décima parte de los que habitan entre cuatro esteras.

Toneladas de agua dulce se emplea para extraer un gramo de oro, cuya explotación se ha incrementado sobremanera por el alza en el precio del vil metal, en tanto al gobierno le interesa un comino la sustentabilidad, menos la soberanía hídrica. Hasta pareciera que estaríamos viviendo en una dictadura con ropaje "democrático". La minería que utiliza la tecnología de extracción a cielo abierto por lixiviación con cianuro es extremadamente devastadora tanto para la superficie (población, flora y fauna), como para el agua y el aire.Ojalá algún candidato al sillón presidencial tome al toro por las astas, sin olvidar que el consumo de agua en el mundo se ha multiplicado por 10 en el último siglo.

¿Y del agua embotellada?, ¡válgame Dios!, como decía mi abuelita. Es uno de los negocios más rentables del mundo y pululan casi sin control. Nadie sabe de dónde obtienen el agua; unos dicen que provienen de los manantiales, otros de los glaciares, también de la lluvia, etc, de repente de las redes públicas, quizá de los ríos o de las lagunas, nadie sabe. Las botellas son generalmente de plástico, gran contaminante del Ambiente, tanto en su fabricación con derivados del petróleo, como cuando se desechan los envases. Del transporte, comentan, que los cargamentos de agua embotellada para abastecer a los restaurantes y hoteles 5 estrellas del planeta, cruzan continentes enteros por aire, mar y tierra, con el enorme gasto de combustible que supone el traslado y su elevada contribución al calentamiento global. Lo aconsejable, como dicen los entendidos, "está en ampliar y mejorar el tratamiento de aguas y el saneamiento de los sistemas existentes", y entregar el agua al usuario en óptimas condiciones de consumo. No olvidemos, que menos del 3% del líquido elemento existente en el planeta es agua dulce.

Hace unos meses pretendieron explorar Conococha en busca de oro, sin medir las consecuencias funestas para el Ambiente, y por tanto para la salud y la vida en la cordillera y la franja costera. No se sabe a ciencia cierta si este frustrado atentado contra nuestra fuente de vida fue por fractura de mano a uno o más uñas largas que andan libres como tumores malignos que se multiplican; pero con seguridad, no fue por ignorancia, ya que solamente un ser perverso puede autorizar tamaña bajeza. Ahora pende como "Espada de Damocles" similar afrenta en el glaciar Diablo Mudo de la cordillera Huayhuah, en cuyas lagunas, muchos sálmónidos muertos a la intemperie dan cuenta de la contaminación en marcha.

Por todo ello, no al desbalance del ciclo vital, sí al renacer de los valores de solidaridad, respeto y reconciliación con la Pachamama, sin olvidar que el Ambiente es un Sistema Integral y funciona como un todo, y que nuestro planeta es frágil y vulnerable frente a las amenazas humanas que la azotan sin piedad haciéndola sangrar. Desarrollemos un mayor sentido de responsablidad sin desmayar en el intento.

Por todo ello, no al desbalance del ciclo vital, sí al renacer de los valores de solidaridad, respeto y reconciliación con la Pachamama, sin olvidar que el Ambiente es un Sistema Integral y funciona como un todo, y que nuestro planeta es frágil y vulnerable frente a las amenazas humanas que la azotan sin piedad haciéndola sangrar. Desarrollemos un mayor sentido de responsablidad sin desmayar en el intento.

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